jueves, 10 de marzo de 2016

AÚN ESTÁS A TIEMPO

¿Vas a dejar pasar la ocasión? Aún estás a tiempo. Acércate a tu Hermandad Escolapia, ten fe en tus Titulares, y alúmbrales en su caminar. 

Participa en la Estación de Penitencia, se parte de la Pasión de Nuestro Señor.
A  Dios se puede llegar por muchos caminos, pero en estas fechas en nuestra bendita ciudad de Granada, los senderos que nos guían hasta Él se hacen al caminar alumbrando a Cristo y Su Bendita Madre.

Son senderos  de  cera  que ha chorreado del cirio portado por el nazareno que  purga  así  sus  pecados  tras el rastro que deja una cruz de guía, a la par que ilumina el rostro de Cristo en Su último hálito de vida.
Son senderos con dulce aroma a incienso que embriagan a los penitentes, rebajándoles el peso de la cruz que cargan siguiendo los pasos del Salvador.

Son senderos rematados con el más fino encaje de negra mantilla española, enjugando las lágrimas de una Madre al ver morir a Su Hijo.

El dolor tiene su fin en la gloria, al cumplir y realizar nuestra Estación de Penitencia es gozo lo que sentimos y  es  a  la  plenitud  donde nos guían   los  caminos  que  llevan hasta  el  Señor.

Y no existe mejor forma de hacerlo que con hábito nazareno o mantilla española, revestido de acólito o monaguillo. Con el cuerpo  y  el  alma  vestidos de  nazareno  comprometido,  de nazareno  consciente de  serlo, de nazareno de sarga, cíngulo y capa, de  nazareno de  luz,  con  palermo,  con bandera, con estandarte, con cruz al hombro... de nazareno  de Dios. 

Y qué decir de las camareras, ataviadas con la rica y fina mantilla negra española, acompañando a la Madre en Su Mayor Dolor, porque ellas mejor que nadie saben lo que se puede sentir, ellas mejor que nadie saben consolarla, ellas mejor que nadie saben alumbrarla entre la fría tarde-noche del Viernes Santo y confortarla en su caminar.

Es una jornada de sentimientos, de renovación, de encontrarse a uno mismo… una jornada inigualable e irrepetible, porque cada año es distinta, cada año se afronta con la ilusión renovada…

Es una jornada que nadie te podrá contar, que sólo uno mismo podrá describir. Es una jornada que merece la pena vivir.


Fuente fotografía: Alfredo Aguilar.  Diario Ideal

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