¡¡GLORIA!!
Este es el canto que brota del
corazón de todos cuantos formamos parte de la Familia Calasancia, en el día de
la canonización del P. Faustino Míguez, escolapio y fundador.
Su vida, sencilla y entregada; su
fidelidad vocacional; su audacia en la misión; su confianza profunda en el amor
de Dios; en definitiva, su santidad, son motivo para todos nosotros, y desde
hoy para toda la Iglesia, de una profunda y sincera acción de gracias a Dios.
San Faustino vivió, como
escolapio, para dar gloria a Dios entregando toda su vida a la misión de ser
educador, padre y testigo de Cristo entre los niños, las niñas y los jóvenes.
Supo responder a las inspiraciones del Espíritu poniendo lo mejor de sí mismo
para que surgiera en la Iglesia una nueva rama de la Familia Calasancia. Y supo
vivir y morir como escolapio.
La Orden de las Escuelas Pías, el
Instituto Calasancio de las Hijas de la Divina Pastora, toda la Familia
Calasancia, las Fraternidades Escolapias, todas las personas que viven su fe en
el seno de nuestra Familia y cuantos colaboran en nuestra Misión, y sobre todo
los niños y jóvenes a los que nos dedicamos, nos unimos a Su Santidad el Papa
Francisco en esta bendita mañana del domingo 15 de octubre de 2017, Año Jubilar
Calasancio y decimos, con San Faustino Míguez, fiel hijo de Calasanz, GLORIA A
DIOS EN EL CIELO Y PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES QUE DIOS AMA.
Muchas felicidades a todos.
La Congregación General
de las Escuelas Pías
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