jueves, 4 de mayo de 2017

CRÓNICA DE UN VIERNES SANTO PARA LA ASOCIACIÓN MUSICAL SAN ISIDRO DE ARMILLA

A continuación os dejo, con permiso del autor, una "Crónica del Viernes Santo" por D. Pablo Arturo Cano, miembro de la Asociación Musical San Isidro de Armilla [https://m.facebook.com/notes/aso-musical-san-isidro-de-armilla/cr%C3%B3nica-viernes-santo-2017/2266337460257595/]:

En casa los Viernes Santos han sido siempre especiales. Recuerdo de niño el halo a solemnidad y devoción a la hora nona, arrodillados todos ante una Virgen de las Angustias resguardada en su urna de cristal.
Si, los Viernes Santos siempre fueron especiales.
El Hijo de Dios en su Expiración traspasa el dintel de su templo y arrancan las primeras notas de FILIUS DEI. Comienza nuestro último acompañamiento de esta Semana Santa.
Momentos antes, las fotografías de rigor, por cuerdas, grupos de amigos o familia testifican nuestro paso por una semana de pasión que nos quedará para la historia.
En el cuello de Manolo Toro un cordón negro y blanco sujeta la medalla de la hermandad. La lleva con orgullo y prestancia. Y entre las idas y venidas Alejandro saluda a sus compañeros de Tres Caídas paseando en su pecho el escudo de la Banda de Armilla. La banda que esta semana le ha visto crecer musicalmente. 
“Soleá dame la mano” para ELLA, la Reina de Roma, para la virgen viajera que pronto será admirada por tierras hispalenses. El silencio de la expectación se rompe y avanza el palio con sones solemnes entremezclados de alegría contenida. Subterráneo, Estrella Sublime, Virgen de la Paz… Parasceve para la Virgen de las Angustias.  


AMARGURAS. La marcha de las marchas para la Virgen escolapia en su entrada a Ganivet. Y un escalofrío de emoción recorre mi espalda. Si, son mis compañeros los que están convirtiendo este momento en único. Dios mío como suena Amarguras. Y las sonrisas de satisfacción de Antonio Estevez y Enrique Adarve confirman lo que yo ya sabía. La chicotá ha sido de lujo. Dios mío como suena la banda. Pero si Amarguras fue espectacular Mayor Dolor de López Carreño fue la emoción derrochada de unos músicos y una cuadrilla costalera que lo dieron todo. 
Madre y Dolorosa para Pasiegas.
La Estación de Penitencia tenía sabor a buen gusto y en la vuelta las marchas se sucedían unas a otras. ¿Quién puede ponerle alguna objeción a Palio Blanco o Quinta Angustia?
Al llegar a San Matías “La Madruga” augura que las próximas chicotás serán de ensueño. Valle de Sevilla, La Sangre y la Gloria, Margot… hasta las puertas escolapias.
Lolo Valenzuela, capataz de la Perla Negra, llama a su gente: “Esta levantá quiero que vaya por Felix y por su Banda de Armilla, por sus componentes. Que sigan acompañándonos muchos años con los sones de Mayor Dolor. ¡¡¡A esta es!!!”. 
Virgen del Valle para despedir a María Stma. del Mayor Dolor, cerrando las puertas de su templo y dejando atrás un Viernes Santo para el recuerdo.
Pero aun nos faltaba subir las escaleras del cielo. Las escaleras al coro para el momento de mayor recogimiento de la estación de penitencia. La virgen avanza en penumbra iluminada por su candelería y suena Mayor Dolor junto con Ave María. Silencio y respeto.
Que grandes mis compañeros. Qué forma de despedir un Viernes Santo, una Semana Santa. 
Si, los Viernes Santos siempre fueron especiales. Siempre tuvieron ese pellizco de añejo, de tradición, de solemnidad y devoción.


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