jueves, 12 de febrero de 2015

EL GRUPO JOVEN

Bien, estamos en fechas de plena ebullición cofrade, se acerca la Cuaresma y eso significa que hay que intensificar el trabajo en las Hermandades, ir preparando lo que se nos avecina, y dentro de todo ese mecanismo de acción, se encuentran las presentaciones de carteles y pregones. Los hay de todo tipo: oficial, hermandades, costaleros, blogs, comercios, barrios… quizá más de la cuenta si hacemos una proporción de los cofrades granadinos, pero bueno, toda iniciativa que venga dada para dar a conocer nuestros actos y Hermandades de cara a la Semana Mayor es bienvenido. Quizá entre todos los mencionados, echéis en falto un tipo… el de los Grupo Jóvenes, exacto, pues de eso voy a tratar en esta ocasión, ya que afortunadamente podemos decir “que estos grupos están de moda”.

Hoy por hoy pienso que los jóvenes tienen que ser  la gran apuesta de las hermandades de cara a su propio ser como tales en el futuro, no olvidemos que todos nosotros vamos pasando, pero las cofradías perduran en el tiempo. En este sentido, los grupos jóvenes son elementos esenciales de integración y formación de las nuevas generaciones de hermanos, y gracias a Dios, vienen más preparados y constan de más medios que antes.

Es imposible que los jóvenes en las hermandades  puedan integrarse al 100% si antes no hemos sabido expresarles lo que es una Hermandad. ¡La gran pregunta de siempre! Personalmente mi versión se resume en que ésta debe ser una Comunidad, es decir, unas personas unidas por una misma fe, que vivan con compromiso el Evangelio y poder sentirse hermanos entre ellos. Se tiene que tener la responsabilidad de integrar y darle un sentido cristiano a la religiosidad del pueblo, procurando que la devoción a una imagen sea verdadera sin olvidar a Aquel a quien representa, no podemos caer en el Idolatrismo. A todo eso le sumamos el conjunto estético, la puesta en la calle… y obtendremos una verdadera Hermandad.
Si una Hermandad no tiene la capacidad de ofrecerle eso al joven (y al no tan joven), si no puede ayudar al hermano como persona y como creyente, no sirve para nada.



Nuestros jóvenes pueden entrar en una Hermandad con unas inquietudes o razones no muy pensadas, pero con unas ganas enormes de sentirse integrado allí, conocer nuevas personas con las que poder hacer amistad, sentirse útil haciendo actividades que le gustan y también buscando un nuevo sentido a su fe y compromiso cristiano. Pueden existir  varias causas principales como una tradición familiar, la propia devoción hacia las imágenes, amistad con algunos hermanos o simplemente, la curiosidad que la Semana Santa ejerce en aquellos que se acercan a ella, o por el mero hecho de ser la “cofradía del barrio o del colegio”. En nuestra ciudad, cada vez más jóvenes ingresan en una Hermandad por el ambiente que allí se respira entre los que forman la Juventud .

Una vez dentro, debe de ser Hermandad la que los acoja y los guíe, les proporcione las herramientas necesarias para sentirse partícipe de la misma, que empiece a sentirla propia de verdad. No basta con exprimirlos como mano de obra, porque eso es pan para hoy y hambre para mañana. Hacen falta personas que sepan recibir y hacer participar a los jóvenes, preocuparse por ellos, ver sus inquietudes… la integración del joven debería de realizarse a través del propio Grupo Joven que goza de cierta autonomía, aunque en la Junta de Gobierno exista un responsable. El mayor o menor éxito de la integración del joven depende ya en gran medida de los propios jóvenes.

Una vez dentro ¿qué hacen?  El Grupo Joven debe de  tener conciencia de Hermandad y sentirse como tal entre todos sus integrantes y respecto a la Hermandad. Tiene que tener una buena comunicación y amistad entre sus miembros, generar un clima de comunidad cristiana a través de una formación básica y los cultos de la Hermandad, generar actividades lúdicas y de esparcimiento acordes a ellos. En definitiva, se debe crear un clima de acogida entre los jóvenes, y ser partícipes de la Hermandad, aportando ese empuje y vitalidad, ese aire fresco, esa nueva savia que impulse y mueva a la Hermandad. Es fundamental que todo joven se sienta unido a su grupo y éste le dé confianza, evitando hacer distinciones entre ellos ni limitar su entrada en el Grupo Joven, hay que evitar la competitividad. Si ven que existen pugnas internas por quedar por encima de los demás, porque se ha llegado a crear una dinámica de prestigio bastante absurda en este mundillo, todo eso lo van a transportar a su grado. Insisto, todos deben ser y sentirse iguales. Todos deben sentirse responsables de su Grupo Joven.

Como venía diciendo, no deben de cerrase únicamente a realizar actos formativos (que también deberían de acudir los no tan jóvenes), sino que han de promover tareas de apostolado como grupos de catequesis, campañas solidarias y de caridad, acciones sociales… ellos tienen la energía necesaria para impulsar toda esa maquinaria y sacarla adelante comprometiendo a toda una Hermandad. Y por supuesto, han de realizar actividades lúdico culturales como son las visitas culturales, concursos de cualquier índole, actividades deportivas o cualquier otra cosa que se planteen por sus propios gustos e inquietudes. Todo será bienvenido y les beneficiará.

Además de ello, la total colaboración con las actividades realizadas por la Hermandad: Secretaría, Mayordomía, Priostía, Bolsa de Caridad... Todo ello requiere una buena organización, verdaderas ganas de trabajar por algo que todos consideran bueno para ellos porque no sólo los integra en la Hermandad, sino que además les hace felices, les motiva y genera una dinámica en la que, con el tiempo, ellos mismos se sentirán responsables de las generaciones sucesivas de jóvenes.

En resumidas cuentas, un Grupo Joven es el mejor estreno que puede presentar año tras año una Hermandad, porque eso significa que hay vida interna, que la Hermandad se mueve, que genera interés, que tiene preocupaciones, en definitiva, que se asegura muchos años de vida actualizándose a cada época, sin llegar a estancarse en años atrás. Es el futuro de la Hermandad.

Hablando en primera persona de nuestra Hermandad, nuevamente se presenta la reciente creación de un Grupo Joven. Es el enésimo intento, porque hasta ahora ha fracasado por unos motivos u otros que no voy a valorar (eso es pasado, y me interesa más el presente y sobre todo el futuro). De momento son pocos, como en todos los comienzos, pero con ganas e ilusión, y eso tiene que ser su mayor fuerza, y aval más que suficiente para crecer. Van dando pequeños pasos para consolidarse, y la Hermandad tiene que brindarles su apoyo para que todo lo anterior comienza a germinar y ponerse de manifiesta.

Espero y deseo que en pocas fechas podamos contar con un numeroso Grupo Joven, consolidado, repleto de actos e ideas, de donde salgan números monaguillos infantiles, tramos de nazarenos, futuros costaleros y mantillas, músicos… o lo que ellos quieran ser. Y sobre todo, lo que mayor enorgullecería a la Hermandad, debería ser ver a un futuro Hermano Mayor y miembros de Junta de Gobierno “criado en esa cantera cofrade” que tiene que ser el Grupo Joven de los Escolapios.

¡Todo mi ánimo y apoyo para ellos!

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