domingo, 16 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN PERSONAL

Debido a la gran carga de actos y convocatorias de estos días, el blog ha estado animado con la publicación de todas esas noticias, y estoy satisfecho de la cobertura que he podido darle y poder ofreceros. Espero que al menos os haya resultado de provecho.

Pero no quisiera descuidar las otras facetas del blog, como son seguir dando a conocer el patrimonio de nuestra Hermandad, y continuar haciendo reflexiones y vertiendo opiniones personales (insisto, cualquier persona que quiera realizar cualquier aporte o colaboración, tan sólo tiene que decírmelo o enviarme su artículo, y con mucho gusto se lo publicaré. Entre todos podemos hacer mas enriquecedor este espacio).

En esta ocasión me gustaría reflexionar sobre la asistencia a los actos de la Hermandad. Lamentablemente es prácticamente nula, da igual que se hable de cultos, cabildos, charlas o conciertos... lo normal es que la asistencia sea inferior a la esperada. Está claro que no pido que el total de la nómina de hermanos aparezca en cualquier acto que se organice, ya que eso es literalmente imposible, pero sí al menos una parte importante de la misma. Viendo que eso no sucede, rebajo el nivel un poco más, esperando que al menos los que realizan la Estación de Penitencia lo hagan, ya que a priori "participan" más de la Hermandad... pero tampoco es así. En fin, sigamos bajando más el nivel de exigencia y pidamos esta vez que al menos los "asiduos" aparezcan... pues ni por esas, si es verdad que de estos suelen aparecer muchos, pero no llegan a verse todas las caras conocidas. Pues nada, no queda otra que pedir lo mínimo que no es otra cosa que la Junta de Gobierno (los que nos representan, los que rigen la Hermandad, los que en definitiva organizan todos los actos), pues ni por esas aparecen todos los que la componen.


¿Qué pasa entonces? Pues bajo mi punto de vista, falta de formación e implicación. Me explico, en nuestra ciudad en general no hay una cultura cofrade arraigada, quizá eso lo vean nuestros nietos... Hoy por hoy, aún estamos en pañales en lo que a formación cofrade se refiere. Sí, es verdad que cada año se ven mejores pasos y enseres, una estética más cuidada e incluso en honrosas excepciones, hasta grandes incrementos de hermanos en filas. También se preparan mejor los cultos, se realizan buenos altares... Pero, ¿quién hace todo eso? Los de siempre, los que por una u otra razón les toca encargarse de eso. Lo normal es que sean los llamados "jartibles", que les gusta mucho este mundillo, y se empeñan en aprender y mejorar. ¡Mi reconocimiento hacia esas personas! Pero eso es una ínfima minoría, el resto solo quiere saber de la Estación de Penitencia, y que se estrena este año. No pidamos más.

Si te paras a analizar los distintos actos, la asistencia es muy pobre. ¿Por qué? Porque no interesa, no hay bordados, tallas u orfebrería. "¿Yo voy a ir a una charla de formación?" se pregunta cualquier persona... "a eso que vayan los meapilas" se autoresponde. "Yo voy a escuchar tal banda, o a ver el ensayo de aquella cuadrilla", que es lo que gusta. Esa es la triste realidad. No hay preocupación por cultivar el intelecto y el espíritu. ¿Es culpa de las Hermandades? Seguramente no. ¿Se podría hacer más desde las mismas? Seguramente sí, pero ¿cómo? Ahí está el dilema.

Si a todo esto le sumamos la idiosincrasia peculiar de cada uno de nosotros, pues ya armamos el belén (ya que se acercan las fechas). Quizá estoy interesado en ir, pero para qué voy a ir si luego vamos a estar cuatro gatos, y encima los que van no me caen bien, o no pienso como ellos, o van a hacer lo que les da la gana... Pues ale, una persona menos. ¿Comprensible? Pues que queréis que os diga, NO. Yo voy por mi mismo, sin importarme quien vaya. El que va a escuchar y aprender en una charla soy yo; el que va a rezar en unos cultos soy yo; el que va a protestar, opinar o votar a un cabildo soy yo... nadie va a hacer nada de esto por mi.

Si terminamos todo este entramado estimando que la Hermandad no hace todo lo que está en su mano para mostrarse cercana, que los hermanos no se quieren acercar lo que deberían (el uno por el otro, la casa sin barrer) Nos encontramos con un panorama poco esperanzador, ya que volvemos al inicio de todo, donde la Hermandad de verdad la conforman unos pocos (mientras estén al mando), y luego se tornan por otros (si cambia el color de los que gobiernen... paradójico que suene a política, pero es así). Pero... ¿donde está el resto de hermanos? Habría que preguntarle a ellos.

Y lanzo una pregunta directa al hermano que esté leyendo esto: ¿Y TÚ DONDE ESTÁS? ¿ACASO NO ES TU HERMANDAD? ¿ACASO NO SON TUS TITULARES? En este mundo todo tiene arreglo menos la muerte, si hay algún problema tan sólo hay que exponerlo, estoy seguro que hablando se puede solucionar (eso sí, no de golpe, toda herida necesita un tiempo de recuperación). Por favor, tómate un tiempo, piensa, recapacita y actúa. Tu Hermandad te necesita y TUS TITULARES te lo agradecerán. 

Os puedo asegurar que se puede, yo soy un ejemplo claro, y los que me conocen saben perfectamente de lo que hablo. Más cabreado que yo había pocos, más desilusionado que yo otros tantos, más en desacuerdo con muchas actitudes dentro de la Hermandad, más de lo mismo... pero tras pensar, recapacitar, hablar... pues aquí me tenéis, intentando arrimar el hombro en lo que creo que está bien, y denunciando lo que no me gusta. Eso es querer a tu Hermandad, y tenerle fe y respeto a tus Titulares, estando siempre con Ellos y luchando por Ellos. Lo dicho, estoy seguro de que se puede revertir la situación si todos queremos hacerlo y colaboramos.

Espero haber tocado alguna fibra, estoy dispuesto a hablar con quien quiera o lo necesite. Mil perdones si alguien se ha sentido ofendido, y sobre todo... por el tocho que os acabáis de leer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario